El exembajador de Estados Unidos Víctor Manuel Rocha ha dado un giro inesperado en su caso al anunciar su declaración de culpabilidad por servir como agente secreto para el régimen de Cuba. Esta revelación surge luego de su detención en diciembre de 2023 por cargos relacionados con el espionaje a favor de La Habana durante más de tres décadas.
Según un reporte de la agencia AP, Rocha, quien fuera un funcionario del Departamento de Estado de EE. UU., comunicó su decisión ante un juez federal de admitir cargos de conspiración para actuar como agente de un Gobierno extranjero. Aunque los fiscales han acordado una sentencia, la duración de esta no fue revelada durante la audiencia celebrada este jueves.
Este cambio repentino de declaración representa un giro sorpresivo en un caso que los fiscales han calificado como “una de las traiciones más flagrantes en la historia del servicio exterior estadounidense”. Rocha, quien hace dos semanas se declaró no culpable de los cargos en su contra, ahora ha aceptado su responsabilidad ante la jueza del Tribunal de Distrito de Estados Unidos, Beth Bloom.
Los fiscales han argumentado que Rocha participó en “actividades clandestinas” en nombre del régimen cubano desde al menos 1981, año en que se unió al servicio exterior de Estados Unidos. Se afirma que se reunió con agentes de inteligencia cubanos y proporcionó información falsa a funcionarios del Gobierno estadounidense sobre sus contactos.
Poco se ha revelado sobre las acciones específicas de Rocha para asistir al régimen de Cuba durante su carrera diplomática y en roles posteriores, incluyendo su tiempo como asesor especial del comandante del Comando Sur de Estados Unidos.
El caso se basa principalmente en las confesiones de Rocha, realizadas durante el año pasado a un agente encubierto del FBI que se presentó como un agente de inteligencia cubano llamado Miguel. En estas conversaciones grabadas, Rocha se refirió al fallecido dictador Fidel Castro como su “comandante” y aludió a Estados Unidos como “enemigo”, al tiempo que se enorgullecía de su supuesto papel como informante cubano en los círculos de política exterior estadounidense.
El exdiplomático, cuya carrera incluyó destacados puestos en Bolivia, Argentina y la Sección de Intereses de Estados Unidos en La Habana, fue arrestado por el FBI en su residencia de Miami en diciembre.
La declaración de culpabilidad de Rocha marca un hito significativo en este caso de alto perfil, planteando interrogantes sobre la seguridad y la integridad en el servicio exterior de Estados Unidos, así como las complejas relaciones entre Estados Unidos y Cuba. La sentencia final y las implicaciones a largo plazo de este caso continuarán siendo temas de interés para la comunidad internacional y los expertos en relaciones internacionales.