El concierto de María Becerra en Cochabamba, en el marco de la FEXCO, se convirtió en un evento emblemático donde la música fue el canal para expresar un sentimiento colectivo. Más allá de la melodía y el ritmo, la noche estuvo marcada por un grito que resonó en toda la multitud: “¡PIQUE MACHO!”.
Este grito, cargado de significado, no fue un simple cántico espontáneo. Fue la respuesta de un pueblo que no olvida, que defiende su dignidad y que rechaza el menosprecio hacia su nación. La referencia directa a Gerard Piqué, quien previamente había desencadenado controversia al menospreciar a Bolivia, no solo reveló una herida abierta, sino también la fuerza de una comunidad unida.
Las redes sociales fueron el escenario donde la indignación se transformó en memes, en mensajes cargados de ironía y en una ola de apoyo a Bolivia, quien en medio del menosprecio de Piqué hacia Bolivia, mostró su solidaridad con el país. Sus palabras resonaron entre los asistentes, quienes no solo disfrutaron de su música, sino que también la aplaudieron.
En un momento donde las fronteras se desdibujan y la distancia entre países parece acortarse, los gestos de desdén y arrogancia no tienen cabida. La noche en Cochabamba fue más que un concierto, fue una manifestación de orgullo, de resistencia y de unidad latinoamericana. Y mientras la música seguía sonando, el grito de “PIQUE MACHO” se convertía en un recordatorio de que los pueblos no olvidan, y que juntos, son más fuertes.