El presidente de Bolivia, Luis Arce, ha generado titulares al admitir públicamente la falta de recursos económicos del Gobierno para ejecutar obras, además de señalar que el país ha agotado sus reservas de gas y necesita volver a realizar exploraciones para identificar nuevas fuentes de energía.
Durante la apertura del Congreso Departamental de la Federación de Mujeres Bartolina Sisa en Sapahaqui, La Paz, Arce reconoció la situación financiera difícil que enfrenta el país. Destacó que, aunque el Gobierno ha solicitado créditos extranjeros para financiar proyectos de desarrollo, la Asamblea Legislativa aún no ha aprobado estos recursos, lo que dificulta la implementación de obras necesarias.
Arce señaló que este rechazo a los créditos tiene motivaciones políticas, ya que considera que algunos sectores buscan socavar la credibilidad de su administración. Criticó a los legisladores por no cumplir con su deber de representar los intereses del pueblo boliviano y por obstruir el proceso legislativo.
Estas declaraciones llegan en un momento crucial para el país, ya que se enfrenta a una escasez de recursos financieros y a la necesidad de diversificar su matriz energética ante el agotamiento de las reservas de gas natural, que durante mucho tiempo han sido una fuente clave de ingresos para el país.
El discurso del presidente Arce también adquiere relevancia en el contexto político interno, con la proximidad del congreso nacional convocado por el Pacto de Unidad, programado para mayo, así como otra convocatoria respaldada por el Movimiento al Socialismo (MAS) para julio. Ambos eventos están a la espera de la decisión del Tribunal Supremo Electoral (TSE) sobre su legitimidad.
En resumen, las declaraciones del presidente Arce reflejan los desafíos económicos y energéticos que enfrenta Bolivia en este momento, así como las tensiones políticas que rodean a su administración y al futuro del país.