En un dramático intento de golpe de Estado en Bolivia, miembros del Ejército rodearon la plaza Murillo de La Paz y forzaron su entrada al palacio presidencial. El presidente Luis Arce denunció las «movilizaciones irregulares» y posteriormente calificó el evento como un golpe de Estado, instando a defender la democracia y evitar más pérdida de vidas bolivianas.
El ministro de Gobierno, Eduardo Del Castillo, informó que al menos nueve civiles resultaron heridos durante el caos. Los militares, liderados por el general destituido Juan José Zúñiga, expresaron su descontento con el gobierno y desplegaron tanquetas alrededor del Palacio Quemado, usando un vehículo blindado para entrar por la fuerza. Sin embargo, horas después, comenzaron a retirarse de la plaza.
Quién Estuvo Detrás
El general destituido Juan José Zúñiga lideró el asalto militar, declarando que «pronto habrá un nuevo gabinete». La Fiscalía General de Bolivia ha iniciado un proceso penal contra Zúñiga y los involucrados, y Zúñiga fue detenido poco después.
Arce Juramenta al Nuevo Alto Mando Militar
En respuesta al intento de golpe, el presidente Arce llamó a la movilización popular en defensa de la democracia y reemplazó al alto mando militar. José Sánchez fue nombrado comandante del Ejército, Gerardo Sabala jefe de la Fuerza Aérea y Wilson Guardia jefe de la Armada.
Reacción en el País y el Mundo
El intento de golpe generó una ola de condena internacional, con repudios desde Venezuela, Cuba, Chile, Nicaragua, Ecuador, Paraguay, Colombia, Brasil, México, Uruguay, Guatemala, Argentina, Perú y España. En Bolivia, cientos de personas se congregaron en la plaza Murillo para expresar su apoyo al presidente Arce.
Las tensiones duraron cerca de tres horas hasta que el presidente reemplazó al alto mando militar, lo que resultó en la retirada de los militares. El Ministerio Público anunció una alerta migratoria contra Zúñiga, quien fue detenido y acusado de terrorismo y alzamiento armado.