Un momento de alta tensión vivieron los pasajeros del vuelo 585 de Boliviana de Aviación (BOA) este martes, cuando una falla técnica obligó a abortar el despegue en la ruta Sucre-Santa Cruz. Según los primeros reportes, el avión experimentó una doble falla de sincronización durante la fase inicial de despegue, lo que llevó a una frenada abrupta que alarmó a los viajeros a bordo.

Falta de Información Agrava la Situación

Tras el incidente, los pasajeros permanecieron dentro de la aeronave por más de 40 minutos sin recibir explicaciones claras de la tripulación. Finalmente, fueron desembarcados mientras el personal de la aerolínea prometía actualizaciones sobre el estado del vuelo. Sin embargo, hasta el cierre de esta nota, BOA no ha emitido un comunicado oficial explicando las causas del problema ni el tiempo estimado para la reanudación del servicio.

Reacciones en Redes Sociales

Un video difundido en redes sociales muestra a los pasajeros expresando su frustración y preocupación por la falta de información. “Fue muy alarmante. Nadie nos decía qué pasaba, solo que debíamos esperar”, relató uno de los viajeros.

El incidente ha generado debate en plataformas digitales sobre las medidas de seguridad en los vuelos nacionales y la necesidad de mejorar la comunicación entre las aerolíneas y sus usuarios en momentos críticos.

Preocupación por la Seguridad en la Aviación Nacional

Este incidente se suma a una serie de episodios recientes que han puesto en duda los protocolos de seguridad de la aviación comercial en Bolivia. Especialistas del sector señalan que, aunque los problemas técnicos son inevitables, la pronta y transparente comunicación con los pasajeros es fundamental para mantener la confianza en las aerolíneas.

BOA Bajo el Lente

BOA, la principal aerolínea del país, enfrenta constantes cuestionamientos por retrasos, cancelaciones y fallas operativas. Este nuevo incidente podría intensificar la presión para que la empresa revise y fortalezca sus procedimientos internos, tanto en aspectos técnicos como en la gestión de crisis.

Mientras se espera una explicación oficial, los pasajeros afectados exigen no solo soluciones inmediatas, sino también garantías de que este tipo de situaciones no se repetirán en el futuro cercano.